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Cómo es que los
hombres entienden tus mensajes tardíamente? Cómo es que cuando ya todo está
planificado/acordado/esperado encuentro casual simplemente sacan cuerpo del
juego? Cómo es que cuando tú decidiste (sólo
temporalmente) ser una princesa en la torre más alta del castillo, aparecen
nuevamente y quieren incendiar tu castillo con las llamas de la pasión? No sé
cómo lo hacen, pero son (inexplicablemente)
expertos.
Hace unos días
disfrutaba yo, de mi vestido, mis buenas costumbres y mi coronita. Había dejado
atrás las aventurillas con los nobles del reino, todo encuentro real (no de
realeza, sino carnal oh si!) había sido frustrado. No por mí. Entonces, (re)aparece un antiguo personaje de mis
capítulos anteriores, mismo zombie de The Walking Dead, cuando yo ya había
volteado la página y me dejaba llevar por la literatura de la vida.
Es curioso cómo
funcionó el capítulo contigo, vivimos una larga temporada (por poco nos llaman para reemplazar Friends) atrapados en
interminables planeamientos de la salida perfecta, poniendo a prueba todas
nuestras armas de seducción mutua. Si alguien leyera nuestras conversaciones estoy
más que segura que nos llaman para hacer Hitch, experto en seducción 2. El
gusto/deseo/tequierorightnow era más que evidente, sólo faltaba la consumación
de la teoría, la grabación de la película, seríamos una guerra medieval en el
reino. Pero no, empezó a rodarse un corto en tu vida, de esos que los
productores no le ven ningún futuro, y obvio, no lo convertirían en película.
Este corto en tu
vida podría llamarlo “eventos
inesperados/sobrenaturales/masfalsosquebilletedequincesoles”. Fue (ridículamente) inexplicable cómo es que
tu agenda se empezó a llenarse de exámenes, reuniones, trabajos, hasta un
comercial de tv, todo empezó a entrometerse en tu vida. Y tú, en tu afán de
permanecer como seductor, seguías las conversaciones. Yo empecé a aburrirme. Tú
seguías con tus excusas. Yo dejaba de seguirte el juego. Tú querías seguir
siendo el galán. Yo dejé de escribirte. Tú, desapareciste.
Acéptalo, ese macho latino seductor que me escribía
tenía el traje muy grande para ti. Al juego, le faltó la realidad y una
princesa que siga queriendo estar detrás de la pantalla. Por eso, corriste. Yo,
no era (ni soy) esa princesa.
Y eso es lo que
pasa (de hecho te ha pasado. no mires al
lado!) cuando una se deja llevar por las vías de la seducción teórica con
un buen maestro, pero éste no sale de su pizarra, no sale del salón. Reacciona
princesa, este espécimen de hombre existe y es probable que en este mismo instante
estén rodando su serie, pero hazme caso, desaparecerá en cuanto tú tomes las
riendas del asunto, te canses de la interminable preparación del guión y
quieras vivir-lo en la realidad.
Estos machos
seductores tienden a decaer cuando los papeles se invierten, cuando tú dejas de
ser la simple receptora o continuadora de la sutil seducción, cuando decides
imponer tu personalidad femenina/sexy/segura, cuando eres la mujer sin temores
y que no sólo está para conversaciones interminables. Ellos te temen princesita,
porque te conviertes en la bruja del cuento que quiere jugar y que sabe muy
bien que sus pociones y embrujos siempre funcionan. Ellos temen porque pierden
la batuta de la historia y no son más que fururú
furará. Son ellos, los personajes de ficción. Tómese literal.
Princesa, si te
encuentras en esta situación, tienes dos buenas opciones (llame ahora, llame ya); primera, si realmente te gusta el jueguito
seductor sin llegar a la realidad, adelante! Esto es un buen entrenamiento para
una retroalimentación sobre conocimiento en las artes de la seducción y
hombres; segunda, si tu situación no es de aprendizaje teórico porque crees en
la educación practica (fielmente),
cambia de canal, firma con otra productora y empieza a grabar en otra película.
Sé que quieres hacer realidad tu guión con este seductor, pero él va correr y
te dejará peor que quinceañera sin chambelán. Come on! Hay mucho mercado que recorrer aun.
Analicé, indagué
y llegué a una conclusión. Me guié por la segunda opción y renuncié a nuestro
programa de seducción nivel master.
Al principio me quedé con ese saborcito agrio como cuando se acaban los
bombones que te mueres por probar, pero bueno, los bombones jamás se terminan.
Y aquí viene el
final de esta historia, mi macho latino seductor reapareció como ave fénix
luego de la batalla, con la esperanza de que yo lo haya esperado en forma de
princesa. Disculpa, mis revoluciones hormonales ya habían tomado otro rumbo y
tú, eras personaje pasado. Tranquilo, deja de esforzarte por intentar encenderme,
cuando yo ya he decido ser un helado muy delicioso (no me derretirás).
Mi querido
seductor, regrese a su reino que en el mío no cabemos. El jueguito de la teoría
llegó a cansar, este curso yo ya lo aprobé y no me gusta repeticiones.