jueves, 2 de julio de 2015

En busca del electroshock del amor. ¡Ahora pues!

Miércoles, 16 de junio de 2015

11:20AM

Aquí estamos nuevamente princesa, donde hemos llegado a un punto fugaz (pero punto al fin y al cabo) en tu divertida/lujuriosa/soysolterayhagoloquequiero vida en que estás mirando al patita que llevas saliendo mil años traducidos en meses y te dices "¿en serio no voy a sentir algo más?, ¿en serio él sigue cómodo así? ¿en serio seremos perpetuos de esta forma?".

Llegas a tu casa, entras a Facebook (que suele ser tan vital con tomarse un vaso de agua) y justo hoy -no te mientas, lleva semanas el tema- se pusieron de acuerdo los vientos amatorios, ves la sarta de parejas felices, mensajes indirectos de amor, matrimonios, remembers…whatever, entras a tu muro y come on! Tienes una vida también feliz, la juerguita, los tragos, las cancioncitas hit, el último libro que te compraste, tus maratones de series, el fútbol, la chamba, la familia, la vida. Todo bien, pero ¿qué es lo que veo? ¿es acaso un huequito en el corazón porque medio como que quieres sentir nuevamente sus maripositas? ¡caramba! Al parecer es una ALERTA ROJA.

En café con amigas solterísimas igual que tú, hablan de sus vidas y llegan a la conclusión que aun no llega eso que te mueve el corazón, eso que haría que dejes estas salidas ocasionales, a medias, el no compromiso, ¿qué nos pasa? Necesitamos un infarto de amor, ese electroshock que ya se está haciendo esperar, esa ilusión bonita que se ha guardado.

"¿Realmente crees que vuelvas a tener ese shock de amor e ilusión cual adolescente?" ¡PUM! Cachetada limpia de tu pata a medio almuerzo, este “insensible” (jajaja salió mi lado princesa destruída) saca nuevamente mi lado racional y llegamos a la (temida) pseuda conclusión  que la edad (26, somos unos púberes, okno) y la experiencia, ya nos hace pensar en exceso ante cualquier alguien que si nos gusta, primero salimos, lo conocemos en exceso y como jamás calza en nuestras “listas del o la ideal” simplemente nos acomodamos al limbo del “saliente”, no te comprometes. ¿Por qué? Porque aun guardas la esperanza del personaje soñado, ese que aparecerá al final de tu temporada de diversión. Eso y sus variantes, nos pasa.

Hoy abro mi corazón (falta algún spot de radio romántica) y lo digo al mundo, no sé si estaré equivocada, no sé si ya lo racional nos enfrió y todo lo vemos como inversiones que valgan o no la pena, pero yo sí espero mi infarto, mi electroshock de amor, eso bonito e inexplicable, así dure una semana, así dure hasta que se acabe la botella de aceite, así sea para siempre princesa.



Yo me arriesgo a seguir pensando que ello va llegar. Razón, hoy tienes un poco de desventaja.

Y como para que te pongas más feeling, aquí un grande que se une al sueño.